¿Sales de viaje de negocios y debes lucir impecable? Aunque cuentes con maletas grandes, hay que saber cómo empacar pues, no sirve de absolutamente nada tener los mejores trajes si a los tres segundos de meterlos en una maleta quedan como papel arrugado u oliendo mal.
Sabemos de sobra que un caballero Post debe cuidar tanto su aspecto como su estilo, y ambas cuestiones saldrán a relucir sabiendo tratar adecuadamente los sacos y camisas que necesitas llevarte de viaje. Para ello, sigue estos prácticos tips:
La maleta perfecta
Es una buena inversión a futuro el conseguir una maleta suitcase si ya es común que se viaje con saco, corbata, pantalón y camisa. Que tengan la capacidad de guardar el traje con gancho y bolsa es un punto a favor muy considerable. Hay unos que incluso vienen con una sección aparte para los trajes, evitando así que se manchen en caso de un accidente como por ejemplo, con la pasta de dientes. En este rubro no se debe de escatimar. Invertir en una maleta de calidad que protejerá tu ropa por años, es una buena idea pues exponer tus prendas saldrá mucho más caro eventualmente. Las de materiales resistentes y ligeros son una muy buena opción.
Origami de sacos
Dice el dicho que todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar y es -hasta cierto punto- muy real. Si no necesitas llevar trajes completos a tu viaje, no es necesario una con portatrajes. Una típica maleta rectangular de ruedas puede transportar con facilidad un saco y camisa, aunque no se recomendaría llevar más de uno. La camisa y el saco se pueden colgar en un gancho que luego se cubre con una bolsa de plástico como de tintorería. Se dobla a la mitad y se coloca hasta arriba de toda la maleta. Para maletas con menos estructura, como las de fin de semana, lo más recomendable para los sacos es dejar el forro interno expuesto con la siguiente técnica.
Camisas, un tema elemental
El gran problema con estas prendas es que son propensas a las arrugas y pliegues marcados. Si el viaje es de negocios, ponerte a planchar en el cuarto del hotel es muy inconveniente y el servicio de tintorería puede ser tardado y de precio desproporcionado. Lo mejor para evitar que se arruguen las camisas es empacar aquellas que sean de materiales sintéticos y resistentes al impacto. Telas como el poliester son populares en mezclas con algodón, manteniendo así una estructura firme en el hilo. Otras telas que no se arrugan pero no son sintéticas son la lana, el cashmere y todo lo tejido.
Las camisas de botones siempre preferirán estar colgadas como en un portatrajes. Si no se puede, lo mejor es doblarlas como si fueran al aparador – verificando que los pliegues sean sobre las costuras- y asegurándose que las mangas queden lo más «sujetas» al interior de la camisa. Un método muy útil también es el hacer rollito los outfits, envolviendo todo en el pantalón y cuidando que se mantenga muy apretado todo. Más o menos como guardar un sleepingbag.
Algo que va a ayudar a toda tu ropa, en especial las camisas, es desempacar y colgar lo que necesita colgarse tan pronto llegues a tu cuarto.
Detalles finos
Algo que llevará tu técnica de embalaje al siguiente nivel es asegurarte que todo se mantenga oliendo fresco. No significa que bañes en loción tus prendas, no, es muchísimo más fácil. Existen esferas de desodorante que se usan especialmente para las maletas del gym. No son sólo para los tenis sucios, llevarlas de viaje evitará que se le pegue a la ropa y maleta ese distintivo olor a avión.
Otro tip que mantendrá a tu ropa fresca por más tiempo son las esferas contra la humedad. Si no tienes tiempo de conseguir todo esto, se pueden hacer en casa. En un calcetín que no uses coloca un puño pequeño de arroz sin cocer y granos de café molidos (secos y sin usar, por favor). El arroz protege de la humedad y el café absorbe olores, además de dar un agradable aroma neutral a la maleta. Hazle un nudo al calcetín y envuélvelo de nuevo con el otro para evitar cualquier percance.
Y ahora sí, estás listo para lucir impecable en cualquier parte del mundo. ¡Buen viaje!