IWC Schaffhausen comenzó a fabricar relojes desde 1869 y desde ese entonces, la marca suiza se ha hecho un nombre a nivel mundial por su espíritu inventivo y habilidad técnica, afirmándose como una de las marcas punteras en el sector de relojes de lujo.
Ahora, IWC Schaffhausen inauguró su nuevo Manufakturzentrum, un espacio que combina la tradición relojera suiza y los avances tecnológicos más recientes. Con esta nueva construcción, IWC también pretende celebrar su 150 aniversario.
Este hito arquitectónico reúne en un solo lugar la fabricación de piezas de movimientos y cajas, con esto han podido organizar los procesos de producción con la precisión indicada para crear productos impecables y de calidad excepcional.
Después de 21 meses de construcción, a las afueras de la ciudad Schaffhausen, en el Manufakturzentrum se fabrican alrededor de 1500 piezas, incluyendo elementos para los movimientos automáticos, para los movimientos de cuerda manual y para los movimientos de cronógrafo. También se crean aquí componentes como platinas, puentes, masas oscilantes y piezas aún más pequeñas como palancas, muelles, conectores y algunas piezas que apenas las puede apreciar el ojo humano.
Si bien la fabricación de las piezas forman parte de un procesos automatizado, el montaje de los mecanismos de manufactura implica un trabajo manual minucioso, porque no existe una máquina capaz de juntar todas las piezas y poner en marcha estos mecanismos de alta complejidad, ya que el corazón mecánico del reloj comienza a latir hasta que interviene la mano experta del relojero.
Con este Manufakturzentrum, IWC Shaffhausen muestra un edificio donde la coexistencia del lujo e ingeniería de precisión existen en su máxima expresión, reflejando el espíritu de la marca, uniendo la artesanía y tecnología de vanguardia en un solo espacio.