Para la colección Primavera – Verano 2020 de Louis Vuitton, el director artístico para las colecciones de hombre, Virgil Abloh, pone su atención en lo instintivo, lo habitual y lo natural.
Las flores, un elemento básico de la moda, son observadas como una metáfora que ocurre de manera natural para la diversidad.
Con frecuencia relegadas a motivos triviales, las flores son maravillas de la naturaleza: Multifacéticas, libres en expresión, de movimiento y de metamorfosis. Son las estrellas en ascenso de la horticultura, una actividad tanto ordinaria como altamente terapéutica, que refleja la armonía natural y la paz mental. En el paisaje urbano, las flores se mezclan con un horizonte de héroes desconocidos: los magníficos edificios, puentes y pavimentos a los que estamos acostumbrados y parcialmente ciegos. Vistos bajo una nueva luz o envueltos en empaques diferentes, emergen en un nuevo esplendor..
Se lee en el comunicado de Louis Vuitton.
En la Place Dauphine, un paseo rutinario por Pont Neuf desde los estudios de Louis Vuitton, el escenario de las postales de París establece el marco del desfile rodeado por la impresionante arquitectura parisina.
A través de las etapas de la infancia, el encuentro de los hombres jóvenes con la ropa y la moda aun no ha sido influenciado por la programación social. Nuestra exploración de códigos de vestimenta está todavía libre de dichos códigos; de normas sociales, convenciones de género y conducta cultural. A medida que crecemos, nos adaptamos de forma intuitiva a la familiaridad de nuestro entorno. En una era digital, sobresaturada con imágenes e información visual, detenerse a oler las rosas desprograma la mente y crea nuevo espacio para la libertad de pensamiento.