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Traje de 3 piezas: Cuando 3 no son multitud

Con motivo del 50 aniversario de The Thomas Crown Affair, rendimos homenaje al traje de 3 piezas, un atuendo que permanece vigente como este clásico del cine.

Por Alfredo Cervera

Pocas escenas del cine pueden ejemplificar perfectamente el arte de la seducción como la partida de ajedrez que se muestra en The Thomas Crown Affair (la de 1968, dejemos la de los 90 para otra ocasión).

En ella, Vicki Anderson (personaje interpretado por la actriz Faye Dunaway), es quien ha declarado jaque mate, pero el excéntrico empresario, cuyo hobby es robar bancos, está lejos de perder la partida, al menos la que culmina en un apasionado beso y donde inicia el romance. Sin duda, ayuda ser o al menos lucir como Steve McQueen, pero no hace daño que porte un traje del sastre Douglas Hayward.

En la actualidad, la moda masculina se encuentra en un momento interesante donde los fanáticos hacen filas por la última colección de Supreme, las colaboraciones de Virgil Abloh e incluso llegan a pagar miles de dólares por una bomber jacket de Raf Simons. Si bien la ropa casual es la que se adueña de los encabezados y está determinando el estado actual de cómo nos vestimos, el traje mantiene su lugar como el epítome de la elegancia y no muestra signos de perder su encanto.

Pasan las temporadas y todos los diseñadores hacen su propuesta de esta icónica pieza; es imposible imaginarse a íconos literarios y del cine como James Bond o Jay Gatsby ataviados de tenis gigantescos, pantalones cargo o playeras estampadas y esperar que lograrán el mismo impacto visual que cuando portan un saco y pantalón a la medida. Incluso si se lleva a cabo el segundo remake de The Thomas Crown Affair con Michael B. Jordan, es una apuesta segura que no se desviarán del vestuario utilizado por Pierce Brosnan y McQueen.

Si de hacer una declaración de estilo se trata, una que permanezca con la misma frescura y efectividad que un clásico de Hollywood, el traje es la opción perfecta y su versión con chaleco es la pièce de résistance del arsenal del caballero.

Con el pretexto del 50 aniversario de la película, en POST consideramos conveniente rendir homenaje a un look que, lejos de formar parte del pasado, sorprende por su vigencia. Como nunca, encontramos por doquier tiendas y sitios en línea con una gran variedad de trajes de 3 piezas al grado que uno sentiría que ha viajado en el tiempo y en cualquier momento sonará en la radio Duke Ellington con “A Sentimental Mood”. Pero es 2019 y volverse un gentleman nunca ha sido tan fácil como ahora.

El elemento de la distinción

Si se trata de ser el mejor vestido en cualquier lugar al que uno vaya, acompañar al traje con un chaleco otorga siempre una forma segura de distinguirse entre la multitud. No solo por ser una prenda poco utilizada, sino también por la silueta estilizada que otorga. Dado que no tiene mangas, es menos complicado encontrar uno que quede a la perfección.

Sobre cómo debe quedar, únicamente se necesita considerar que se ajuste a la cintura y el pecho, a la par de cubrir la cintura del pantalón. Al usarlo, es mejor dejar el cinturón en casa -el bulto que crea debajo del chaleco arruina el efecto de una silueta perfecta- y también dejar desabrochado el último botón como un pequeño guiño a las costumbres de los ingleses en Eton, que utilizaban este gesto para separarse de los demás.

El atuendo está hecho para verse, así que siempre es mejor en un traje sencillo de dos o tres botones, todos desabrochados en la misma forma que Robert Redford lució los trajes creados por Ralph Lauren para The Great Gatsby.

Combinando

Retomando la versión en cine de la novela de Fitzgerald, recomendamos adquirir un traje de 3 piezas color azul naval, de preferencia con un chaleco cruzado; si es con raya de gis, mucho mejor. Sólo necesitas la mansión con vista al mar, porque ya luces la parte con honores.

Otra forma de vestirlo es echar mano de los trajes que ya tienes y complementarlos con un chaleco. El secreto es aventurarse y no elegir algo del mismo color, sino irse a los extremos. Es decir, emplear chalecos claros con trajes oscuros, estampados contra telas lisas y viceversa. Por ejemplo, si tienes un traje color gris, un chaleco color blanco o beige ayudarán a elevar el nivel del juego, como justo suelen hacerlo íconos modernos del estilo como Ryan Reynolds. Pero estos funcionan con la misma efectividad si tu traje es negro o azul. El secreto está en el contraste y que no tengan el mismo color y patrón que tu camisa.

Si estás aburrido de tu traje de 3 piezas -o algo desafortunado le ocurrió a tu pantalón- puedes emplear uno de otro color para lucir distinto con lo mismo. Al incorporar esta pieza en el armario, se multiplican las opciones; nunca ir a la oficina fue tan divertido.

Muchas veces, menos es más, pero si se trata de ganar en el juego de la elegancia, un traje de 3 piezas es una forma de destacarse, pero a la vez ser inmune a los cambios. Porque el juego de un caballero no es el de la moda, sino el del estilo, ese que al pasar del tiempo en lugar de envejecer, es inspirador y perenne.

 

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